jueves, 5 de enero de 2012

La evaluación dentro de la educación
Efectivamente,  la evaluación se define como la estimación o medición de algún trabajo o acción. Este acto se lleva a cabo en muchas actividades de la vida cotidiana. Comúnmente las personas realizan evaluaciones a diario en casa, en el trabajo o en la escuela. Rudimentariamente, el texto se enfocará a la evaluación educativa que es lo que nos concierne. Porque el tema ha sido protagonista de bastantes controversias.
 Para la educación es fundamental realizar evaluaciones que permitan conocer el avance en el aprendizaje de los alumnos. El maestro mide el desempeño de cada estudiante ante los demás. No sólo el interés es del docente sino también los padres de familia y alumnos que prestan especial atención a esta cuestión. Innegablemente, el hecho se debe a que las notas altas para la familia son más importantes que el  verdadero aprendizaje de los educandos. La evaluación puede ser vista de manera dura por algunos maestros pero ellos deben entender que trabajan con algo vivo y por lo tanto cambiante. Entonces la evaluación no puede ser algo estático y rígido debe tener cierta flexibilidad. Tampoco el profesorado debe pretender medir el desarrollo de los alumnos con una escala meramente numérica.

La evaluación puede ser cuantitativa o cualitativa. Efectivamente, las dos son importantes y necesarias en la formación del pupilo. Porque la unión de estás harán más completa la cuantía del aprendizaje. La primera se refiere básicamente a la calificación de forma numérica y para la mayoría es la que posee más peso. Quizá el deseo de obtener mejores notas que sus compañeros o el sentir orgullo ante sus familias sea lo que acrecenté el valor en este tipo de evaluación.
 Elementalmente la segunda abarca un campo más profundo, es decir, valora la calidad del aprendizaje. Este tipo de evaluación intenta ponderar los conocimientos que el alumno ha adquirido. También si las expectativas que se han puesto en el estudiante se han cumplido. Porque se enfoca en un sentido más holístico. Las estrategias para conseguir está deben ser bien planteadas ya que requiere investigar si los alumnos alcanzaron algo más que memorizar conceptos.
Las tácticas para realizar evaluaciones son múltiples ya que depende del modo de trabajo del docente y lo que él desee evaluar. La evaluación tiene variadas formas de realizarse pero la mayoría de los profesores se reducen a la aplicación de exámenes. Probablemente, esta acción sea de las más certeras pero podría concebirse  también como las más retrograda. En definitiva la intención es que no encerremos la evaluación a exámenes. Las diferentes formas de evaluar están presentes sólo que en ocasiones los docentes prefieren reducir su trabajo y valoran a los estudiantes con aspectos superficiales. Mediante ella los docentes se amparan ante cualquier queja que pudiese surgir por parte de los alumnos o padres de familia, ya que en las juntas escolares suelen haber diferencias de opiniones respecto a esta situación.

 Nunca los exámenes son seguros en su totalidad. Bastantes obstáculos pueden entorpecer el procedimiento y resultado del mismo. Por ejemplo existen alumnos a quienes la sola palabra examen les causa considerables sentimientos de nervios lo que puede provocar que olvide lo estudiado. También los estudiantes que no repasan los apuntes suelen realizar los famosos “acordeones” o deciden copiar las respuestas a sus compañeros esto es algo que daña la integridad de la prueba.  Además los aprendizajes de los jóvenes en estas pruebas suelen ser olvidados en periodos de tiempo relativamente cortos.
Aquí la postura del evaluador debe ser clara ya que se deben tomar ciertos parámetros de evaluación. El docente decide que es lo que evaluara y cuanto peso le dará a esos requisitos. Además se decidirá la forma en se llevara a cabo esta valoración del trabajo hecho por el alumno.  Tal vez esta sea de las áreas más complejas en el campo de la educación. Porque a los estudiantes debe quedarles claro los principales puntos que revisara el maestro y que no sólo existirá un método de evaluación.

Las competencias son un conjunto de habilidades que desarrollará el alumno para ser evaluado. Ahora, al docente se le pide que prepare a los estudiantes para dominar las competencias educativas que son saber, saber pensar, saber hacer y saber ser. Claramente los aprendizajes memorísticos fueron desplazados por este nuevo modelo de educar por competencias. Sin embargo en la escuela parece que sólo se les da prioridad a unas y se olvidan de enseñar otras. Los docentes deben concentrarse en no olvidar ninguna de ellas. El aprendizaje de los estudiantes debe ser complementado con todos estos elementos. Porque ahora la enseñanza parece centrarse sólo en el aspecto de saber hacer  (¡producir¡) y saber ser (¿obediente?) y olvidan esta parte de enseñar a los alumnos a pensar. Efectivamente, la crítica y reflexión de los jóvenes es un arma que ellos deben dominar. Cuando los estudiantes tengan en su poder esta herramienta habremos logrado uno de los mayores objetivos en la labor de docente.
Tal vez la habilidad de saber pensar para algunos es preferible que no sea desarrollada en los adolescentes. Una cantidad de  maestros optan por mantener a los pupilos domesticados como lo diría el maestro Freire.  Probablemente, se deba a que los docentes no desean ser cuestionados en ninguna forma y sobre ningún tema.  La evaluación  puede ser un tema de debate ya que por su compleja forma de abordarse pueden surgir dudas respecto a ella.
Por otro lado, la preocupación de algunos maestros es que la evaluación no sea vista con su objetivo específico. Mediante el proceso evaluativo, se manejan términos que se confunden con expresiones  del campo laboral. Por ejemplo, al usar expresiones como  la calidad del producto o capacidad de producción pareciera que estamos hablando de un contexto empresarial y no estudiantil.
La evaluación es fundamental para que mejore la calidad de la enseñanza en las escuelas. Por esta cuestión, es sumamente necesario que se cambie no sólo el concepto de evaluar principalmente debemos transformar la práctica, porque el concepto de renovación no lograra por sí sólo una transformación en el proceso evaluativo .Los planes de estudio cambian frecuentemente sin embargo existe  la negación a modificar la evaluación.

Actualmente el área de evaluación en la educación de ha visto ensombrecida, porque algunos profesores han perdido su ética en el camino. En el ámbito educativo ha aumentado la preocupación ya que ha acrecentado en los maestros la costumbre de recibir alguna remuneración económica a cambio de una alta nota en la evaluación. Claramente el afán de los alumnos se centra en las calificaciones altas y no en los conocimientos que deben aprender consecuentemente ellos prefieren pagar cierta cantidad  para no reprobar alguna materia.
Dentro de la educación es un reto de los profesionales recuperar esa confianza que se ha ido desgastando. Los docentes deben recobrar la seguridad de que su trabajo es intachable y hacer lo posible por mejorar cada día los procesos que hacen la enseñanza una práctica aburrida. Ineludiblemente el trabajo será arduo pero la recompensa se hallará en la mejor calidad de aprendizaje de sus alumnos.
El discurso de los adolescentes
Las necesidades del hombre son múltiples e importantes, sin embargo una de las principales a través del tiempo ha sido la comunicación. Los seres humanos evolucionaron y con ellos las formas de interactuar en sociedad. Al principio la comunicación se daba de manera paralingüística con  gestos, movimientos, dibujos  o pinturas e incluso algún tipo de gruñido o balbuceo. Esta manera de conversar fue transformándose y rudimentariamente dio solución a la exigencia que tenía el humano por comunicarse. A través del tiempo el lenguaje se desarrolló, mejoró e innovó  de tal manera que se comenzó a estructurar de la forma en que hoy lo conocemos.
Actualmente, la expresión de los sentimientos y pensamientos  se dan a través del lenguaje oral y escrito. Las personas se comunican con los demás por medio de la escritura y el habla. Estos dos procedimientos para comunicarnos cumplen la misma función, pero entre ellos hay variadas técnicas que establecen la forma de realizar correctamente estas actividades. También los usuarios del lenguaje lo utilizan de manera distinta según sus edades o etapas. El discurso que manejan los adolescentes es muy distante del que emplean los adultos.
En este caso nos enfocaremos en la forma del habla de los adolescentes. La manera en que los jóvenes interaccionan con sus pares, padres y sociedad es muy interesante sobre todo para nosotros como futuros docentes.  La pubertad y adolescencia tienen características esenciales  y diferentes de otros estadios, por ejemplo el egocentrismo, la búsqueda de una propia identidad, la creación de relaciones sólidas, etc. El siguiente trabajo aborda la manera en que los jóvenes emplean sus habilidades comunicativas en el escenario escolar. 
La escuela Josefina Nova de González que se ubica en el estado de Querétaro, colonia Hércules,  abrió sus puertas a estudiantes normalistas para realizar sus prácticas educativas. Esta escuela será el lugar donde podremos realizar algunas indagaciones importantes para la realización de este informe.  La oportunidad de trabajar con un grupo de alumnos nos adentra totalmente a su mundo y los factores que influyen en él.  A continuación el texto va a describir el grupo en el que realizamos nuestra praxis y las conclusiones que obtuvimos de esta labor.
Primeramente, estableceremos que nuestro objeto de estudio es el discurso de los adolescentes. Para el inicio del tema intentaremos dar una definición a lo que es discurso aunque no es sencillo precisarlo debido a que su significado es confuso. También Van Dijk afirma esto diciendo que: “La  situación sería ideal si pudiéramos condensar todo lo que sabemos a cerca del discurso en una definición única y práctica. Lamentablemente, ocurre en este caso lo mismo que con otros conceptos afines, como “lenguaje”, “comunicación”, “interacción”, “sociedad” y “cultura”: la noción del discurso es esencialmente difusa”. (Van Dijk, 21, 2000) La interpretación quedará de la siguiente manera: el discurso se entiende como la manera de expresar pensamientos o emociones, a través del lenguaje oral y escrito (en ocasiones acompañados del paralingüístico), vestimenta, acciones etc. Para realizar la práctica del discurso se activan simultáneamente tres elementos importantes la memoria, el pensamiento y la palabra. La cultura suele influir demasiado en el manejo del discurso, su habla, y su estructura.
Ahora, la presentación del grupo en el que realizamos la indagación. El grupo 3° C fue el que el director me designó para estar a su cargo una semana, en la cual se realizaría el análisis. También la maestra,  María Gregoria Pacheco, titular del grupo  mencionado nos dio todas las facilidades para trabajar ahí.  Los integrantes de esta clase son 34 alumnos (23 mujeres y 11 hombres) que oscilan entra los 14-16 años de edad.  Inicialmente el grupo demuestra que no existe una buena relación entre ellos y lo expresan en la forma en que se refieren a sus compañeros. Por ejemplo, se denominan entre ellos como raros, o anti sociales, fresas, etcétera, todas estas palabras con un sentido peyorativo.
Para la realización de este análisis de las habilidades comunicativas de los estudiantes (hablar, escribir, escuchar y leer) recopilamos algunas  de sus libretas  para percatarnos de las circunstancias en las que se encuentran los jóvenes. A través de sus notas percibiremos como influye en ellos el contexto escolar en su discurso y la relación pragmática que se da entre estos elementos. Cuatro fueron las libretas que examiné dos de  varones y dos  de féminas. El muestreo lo dividí en las cuatro habilidades arriba mencionadas y de cada una elegí aspectos que me parecieron interesantes investigar.  A continuación se muestran las observaciones:   
Escritura:
Para el análisis de las libretas de los alumnos elegí específicamente la acentuación y uso de la s-c en cuanto a la ortografía,  y el formato de la estructura en el cuaderno. Definitivamente, del formato puedo decir que es lineal por completo ya que todas las libretas examinadas (y otras cuantas que tuve la oportunidad de observan, pero sin profundidad) muestran que no existe un trabajo autónomo. Las notas de los alumnos están en el mismo orden, con los mismos mapas, los mismos resúmenes, es decir, son homogéneas en el sentido que no hay variantes de escritura que demuestren su libertad de pensamiento.
En cuanto a la ortografía, fue un tanto confuso evaluar la situación. Porque, revisando sus libretas encuentro que de doce hojas, que es lo máximo que llevan trabajado en dos meses que han transcurrido desde el inicio de clases, un alumno tiene ciento catorce errores de acentuación y ocho del uso de la s-c. El cuaderno de notas, que menos errores ortográficos  posee es uno que tiene cincuenta errores de acentuación y nueve con el uso de s-c. Sin embargo, en una  ocasión en que pasé a una alumna a escribir al pizarrón, sus compañeros le ayudaban a corregir los errores ortográficos y de acentuación ahí mismo. Este acto, me sorprendió gratamente pero a la vez me pareció contradictorio que sí pudieran ayudarle a su compañera a mejorar su escritura y ellos mismos redacten mal. Además en algunas libretas me di cuenta de que los alumnos se confunden y ponen mal los acentos, es decir, en la sílaba incorrecta.  
El primer ejercicio que les designe fue que escribieran con sus propias palabras una explicación de lo que habían entendido sobre el tema.  Efectivamente, comprobé lo que dice Van Dijk en cuanto a que: “ Hay mucha similitud  en la manera en como las personas hablan o escriben cuando utilizan el lenguaje para utilizar sus ideas y los mismo ocurre cuando la gente escucha o lee un discurso.” (Van Dijk, 2000)
Lectura:
Definitivamente, la lectura no se encuentra dentro del agrado de los estudiantes. Sin embargo, en su escuela hay un proyecto de banco de lectura donde los estudiantes según el programa nunca dejan de leer. Cada semana o quincena se ofrece renovar el libro al niño para que su lectura sea continua. Pero en el cuaderno hay pocas huellas de esta actividad, solamente en un cuaderno encontré una  frase como intento  de cita de algún libro  y no fue escrita por la alumna sino una copia en computadora y con la intención de poner la referencia bibliográfica. Verdaderamente los libros que se encontraban leyendo los alumnos durante la semana  me parecieron correctos. Sin embrago,  las evidencia son pobres sobre las lecturas.
En una clase saque al tema un libro de Arthur Golden (Memorias de una geisha, novela) y algunas alumnas sabían la trama. En ese momento me emocione porque pensé que ya habían leído el libro, pero resulta que sabían la información por que vieron la película.
Expresión oral:   
En las libretas de los alumnos  no hay rastro de que en el aula practiquen la expresión oral de manera más formal. Sin embargo, su lenguaje a pesar de que era muy coloquial siempre fue respetuoso hacia mí. Pero en la primera sesión que estuve con ellos un alumno se dirigió a otro con una palabra altisonante (“wey” ),  tuve que reprenderlos y en toda la semana no volví a escuchar algo así.
Las exposiciones surgieron en mi clase y me doy cuenta de que a algunos alumnos aún les cuesta trabajo hablar ante los demás. La mayoría no tiene esa pena o miedo, hablan de manera fuerte y clara. 
Audición de la expresión oral:
Este aspecto tampoco es notorio en las libretas, aunque observé algunos factores que indican que no saben escuchar a los demás. Por ejemplo: en la escritura no suelen encontrar la sílaba tónica y colocan incorrectamente los acentos. Cuando su función es de espectador ante sus compañeros no suelen ponerles atención, se distraen hablan, les gritan, los corrigen pero gritándoles. Estas acciones me hacen pensar que en el salón no se ejercita la práctica de la audición correctamente. Incluso algunas veces yo les hice algunas preguntas de lo que los compañeros habían comentado y no respondían, porque aunque a veces intentan aparentar que los escuchan, no procesan  ni comprenden lo que oyen.    
Finalmente el tiempo fue muy corto para esta vasta indagación. Sin embargo, la conclusión que puedo dar es que en el grupo 3°C existen muchas deficiencias educativas. Las capacidades de los alumnos son bastantes y lo demostraron en los trabajos que realice con ellos, la preocupación que se debe tener es que no son explotadas al máximo. 
Naturalmente la tarea de nosotros como futuros profesores es trabajar para combatir esas carencias que ya identificamos, hacer constructos eficaces que den resultados favorables a los estudiantes. El discurso de los adolescentes aún puede ser maleable y es responsabilidad del docente ayudarlo para que pueda obtener una competencia lingüística correcta. La zona de desarrollo próximo tiene un papel importante en estos constructos, el profesor debe estar muy capacitado para ofrecer esa gama de conocimientos  a los alumnos. Por lo tanto estoy en acuerdo con el profesor Octavio cuando dice que “No debemos preocuparnos  por sí los alumnos aprenden, eso lo hacen naturalmente, debemos poner atención en qué aprenden”. (Corona, 2011). El objetivo es que los alumnos utilicen su expresión para el aprendizaje.

martes, 20 de septiembre de 2011


La educación como práctica de la libertad
                                                               Paulo Freire
La educación… ¿Opresora o liberadora?

Rudimentariamente, las personas asistimos a la escuela y la pregunta es… qué tanto nos ayuda ésta a liberarnos. Verdaderamente, la escuela es un apoyo para nuestro desenvolvimiento en la sociedad o sólo asistimos ahí a ser parte de una acción masiva de “lavado de cerebro” como dice Freire. En esta situación los docentes son actores principales del rumbo que tome la obra.

El escritor de la pedagogía del oprimido relata la manera de vivir de una sociedad cerrada al cambio y a la transición. Ciertamente, la educación existe porque es necesaria dentro de una sociedad, pero es desarrollada de forma equivoca según el autor brasileño. Desgraciadamente,  los profesores tratan a sus alumnos como objetos y no como sujetos. Actualmente, esto sigue ocurriendo y he podido constatarlo en las prácticas escolares de las que he sido participe. Donde la relación maestro-alumno como tal no existe, sólo se da entre ellos un contacto rutinario y monótono.

Concientización:

La falta de autonomía de los individuos es consecuencia de la “autocracia” que se vive en las escuelas y causa de diversas problemáticas. La enseñanza que se imparte en los planteles escolarizados únicamente motiva en las personas la cultura del silencio. Definitivamente, la obra de la educación como práctica de la libertad intenta abrir los ojos de todo un país a las injusticias por medio de la concientización. Sí, la crítica es el vehículo que conduce  a la libertad. También es un arma que acaba con la dominación y opresión. “Sí la comprensión es crítica o preponderantemente crítica la acción también lo será” Freire (1969, pp. 102).

Diálogo:

El diálogo en el salón de clase parece haber sido reemplazado con un monólogo del profesor. Los alumnos son pasivos a la educación, no intervienen en su construcción. Desgraciadamente, en las instituciones educativas no abren ese espacio necesario para que los jóvenes razonen asuntos de interés común. La educación pierde su sentido más integro y se vuelve verbosa, fastidiosa y dictadora. Así los alumnos no aprovechan el estudio como herramienta de progreso, es triste ver las bibliotecas plagadas de libros que dentro guardan secretos que exoneran. “¿Cómo aprender a discutir y a debatir con una educación que impone?” Freire (1969, pp. 93).